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La sostenibilidad no es verde, es un arcoíris

  • Foto del escritor: Sustrive
    Sustrive
  • 27 ago
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 28 ago

Cuando escuchamos la palabra sostenibilidad, casi siempre la asociamos de inmediato con lo “verde”: bosques, cambio climático, ecosistemas. Durante un buen tiempo, para muchas personas, la conversación se ha entendido casi exclusivamente desde lo ambiental. Sin embargo, esta visión limitada nos ha hecho perder de vista la verdadera riqueza de lo que significa ser sostenibles.


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El problema de una mirada involuntariamente limitada


Puede ser natural asociar la sostenibilidad al color verde cuando, la hemos direccionado involuntariamente en nuestra narrativa a un solo frente: lo ambiental. Y aunque este es vital —porque sin planeta no hay futuro posible—, lo cierto es que la sostenibilidad es mucho más amplia. Asociarla a un solo color nos impide ver el espectro completo de realidades que deben abordarse para construir un futuro justo, próspero y equitativo. Al final de cuentas la sostenibilidad busca integrar las dinámicas humanas, logrando que su economía, estructuras físicas y tecnología; no limiten ni interfieran la capacidad inherente del planeta de sostener y crear la vida.



Realidades diversas, colores diversos


No todas las personas pueden conectar con el discurso de “cuidar el planeta”. No porque no quieran, sino porque su día a día está marcado por otras urgencias: la inseguridad alimentaria, el acceso a un trabajo digno, la inequidad, la justicia social, etc. Para ellas, la sostenibilidad se viste de otros colores que reflejan sus prioridades y luchas. Es por esta razón que, podemos sugerir que cada dimensión de la sostenibilidad es un color:


  • Rojo: la justicia social y la reducción de desigualdades.

  • Amarillo: la lucha contra el hambre y la pobreza.

  • Azul: el acceso al agua y la protección de los ecosistemas.

  • Naranja: la innovación y la economía sostenible.

  • Violeta: la equidad de género y la inclusión.


Y así podríamos seguir, porque la sostenibilidad entrelaza varios aspectos de la vida. Sin embargo, esta es una forma en la que podemos ver un espectro más amplio e integrador de esta.


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Los ODS: un referente de diversidad en la sostenibilidad


Un referente claro de esta diversidad son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Surgieron de un largo proceso de articulación internacional en el que Paula Caballero, colombiana, activista climática y actual directora para Latinoamérica de The Nature Conservancy, jugó un papel fundamental al impulsar la idea de un conjunto de metas globales que integraran lo social, lo ambiental y lo económico.


Hoy, los ODS son 17 objetivos que abarcan desde la acción climática hasta la reducción del hambre, la equidad de género, el trabajo decente y la justicia. Ninguno puede alcanzarse en soledad. Cada uno aporta un color distinto, y juntos forman un referente de lo que significa mirar la sostenibilidad en toda su amplitud. En realidad es colorida, plural y amplia.



La sostenibilidad dentro de las empresas: más que carbono y energía


Cuando las empresas piensan en sostenibilidad, este sesgo hacia lo verde suele limitar la conversación a métricas ambientales: medir la huella de carbono, hablar de carbono neutralidad, de bienestar climático, cumplimiento de normatividad ambiental, etc.

El problema es que esta visión limitada podría ser invalidante. Muchas empresas piensan que, si no pueden medir emisiones o implementar proyectos de gran escala, no tienen nada que aportar. Y esto, aparte de no ser cierto, genera frustración y limita las infinitas posibilidades en que las empresas seguramente están aportando, pero no lo ven.

La sostenibilidad empresarial también empieza en lo cercano:


  • Garantizar lugares de trabajo dignos.

  • Promover salarios justos y condiciones laborales seguras.

  • Apoyar y desarrollar el talento de sus colaboradores.

  • Generar prácticas que trasciendan lo ambiental en la oficina y se trasladen a los hogares.

  • Evaluar sus modelos productivos o parte de ellos para optimizarlos.


Por supuesto, el ideal es que cada empresa construya estrategias sólidas que incluyan todos los frentes: emisiones, agua, energía, gestión de residuos, equidad social y más. Pero para llegar allí necesitamos reconocer que la sostenibilidad es un proceso de ensayo, error y aprendizaje integral donde cada paso cuenta.


La riqueza de lo múltiple


Insistir en que la sostenibilidad es solo “verde” es negarnos la oportunidad de reconocer su riqueza. La sostenibilidad es social, económica, cultural, ética y ambiental. Es humana. Y en su diversidad está precisamente su poder transformador.


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La sostenibilidad es un arcoíris que integra las múltiples dimensiones del planea, la vida, las personas y las empresas. Solo cuando reconozcamos todos sus colores podremos hablar de un futuro verdaderamente sostenible.


Cada empresa tiene un color para aportar al arcoíris de la sostenibilidad. ¿Cuál será el tuyo?


En Sustrive estamos listos para acompañarlos a descubrirlo y potenciarlo. Escríbenos hoy y demos juntos el siguiente paso.




 
 
 

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